miércoles, 14 de agosto de 2013

Egipto declara el estado de emergencia tras la matanza de opositores


Las autoridades de Egipto ha decretado el estado de emergencia en todo el país durante un mes a partir de este miércoles tras perpetrar una matanza de opositores. Las medidas de excepción han sido anunciadas horas después del desmantelamiento por la fuerza de las dos acampadas de protesta de los seguidores del depuesto presidente Mohamed Morsi. El balance de la represión es aún confuso pero las imágenes muestran decenas y decenas de muertos. Numerosos testigos aseguran que las fuerzas de seguridad han abierto fuego contra la multitud.
El Ministerio de Sanidad ha cifrado los fallecidos en 149 y los heridos en más de 1.400. "Los muertos son policías y civiles. Estamos esperando a recibir más detalles", ha dicho su portavoz, informa Reuters. Los Hermanos Musulmanes los estiman en unos 600. Entre los fallecidos, hay dos periodistas: una reportera de Gulf News y un camarógrafo del canal Sky News muerto por disparos.

El premio Nobel de la Paz Mohamed Elbaradei ha dimitido como vicepresidente del Gobierno, informa France Presse. 
Las autoridades también han declarado el toque de queda en varias ciudades incluidas El Cairo, Alejandría y Suez desde las siete de la tarde hasta las seis de la mañana hora local. Durante 30 años, Egipto vivió bajo la ley marcial del depuesto presidente Hosni Mubarak y su levantamiento se convirtió en el símbolo máximo del final de la dictadura
La dura represión ha sido recibida con diversas reacciones de condena por parte de la comunidad internacional pero sin ninguna medida concreta.
Unos potentes altavoces han avisado a los acampados en la plaza de Al Nahda de El Cairo de que había llegado su última oportunidad de abandonar las protestas y, al contrario que otras veces, finalmente el Gobierno ha cumplido sus amenazas. Las fuerzas de seguridad egipcias han irrumpido esta madrugada en los campamentos que mantenían en El Cairo los partidarios del depuesto presidente, Mohamed Morsi, desde el golpe de Estado del pasado 3 de julio. La protesta más grande es la de la mezquita de Rabá Al Adauia donde los acampados se contaban por miles
El Twitter del portavoz de los Hermanos Musulmanes, Gehad el Haddad, no deja de lanzar denuncias y en él puede leerse que "la policía ha incendiado una tienda de campaña sin ni siquiera preocuparse por ver si había gente dentro; había mujeres refugiadas en su interior". La Hermandad ha convocado a sus fieles a concentrarse en otro campamento, en la plaza Mustafá Mahmud, en Giza.
No ha existido muro ni barricada capaz de detener la acción de los agentes. Las tiendas de campaña instaladas en la plaza de Al Nahda han ardido y formado columnas de humo negro que señalan, en la distancia, el punto en el que se ha producido el desalojo. Poco a poco, todo se ha ido reduciendo a escombros y pronto no quedará nada. Las proporciones del campamento que los seguidores de Morsi levantaron junto a la mezquita de Rabá Al Adauia hacen más difícil su total desmantelamiento, aunque la policía ha ido tomando el control de la zona después de traspasar sus barreras de cemento.
Los enfrentamientos se han extendido por diversas zonas de Egipto tras el asalto. Varias iglesias han sido atacadas en el sur del país. La información sobre la autoría son confusas, según la agencia Efe. La agencia oficial Mena culpa a los islamistas y estos aseguran no estar tras los incendios.
Esta madrugada, el Ministerio del Interior renovaba su oferta de ofrecer una salida segura a los manifestantes, sabedor de que si nadie respondía a la invitación no era debido a las horas intempestivas del anuncio sino a la determinación de los seguidores de Mursi de no abandonar las calles. En su comunicado, el Ministerio añadía que su decisión de esperar ha estado motivada por su deseo de llegar a una solución pacífica a la crisis. Durante los últimos días, tanto el Gobierno interino como los Hermanos Musulmanes y sus simpatizantes no habían hecho más que declararse amigos de la paz y el diálogo pero, tal y como se esperaba, el fin de las sentadas no ha sido pacífico.
Todavía reina la confusión y, mientras se suceden los enfrentamientos entre los agentes y los seguidores del expresidente, las fuerzas de seguridad han cortado las calles aledañas a unas concentraciones que se han quedado sin manifestantes. Unos 200 personas han sido detenidas, incluido el veterano dirigente de los Hermanos Musulmanes Mohamed el Beltagy, informa Reuters, y los servicios de tren que conectan la capital egipcia con el resto del país han sido suspendidos hasta nuevo aviso, ante el temor del Gobierno a que los islamistas reciban refuerzos. Según Al Jazeera, el Banco Central de Egipto ha ordenado el cierre de todos los bancos a mediodía (hora local, misma hora española). Según la agencia estatal Mena, en la localidad de Sahag, en el centro de Egipto, los manifestantes pro Morsi han quemado una iglesia. Otras protestas se están desarrollando en otras ciudades.

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