Envalentonados por la demostración de fuerza del viernes, en la que reunieron a decenas de miles de personas en las calles de El Cairo, paralizando la ciudad y enfrentándose a las fuerzas armadas, los partidarios islamistas del presidente depuesto Mohamed Morsi lanzaron este sábado una nueva jornada de concentraciones de protesta contra el golpe de Estado consumado el miércoles. Pidieron, como ayer, que las fuerzas armadas liberen a Morsi, a quien mantienen bajo arresto, junto a su núcleo más cercano de colaboradores, en el cuartel de la Guardia Republicana en la capital de Egipto. Las protestas comenzaron a primera hora de la tarde.
“Las masas volverán a salir a las calles con sus protestas cívicas y sentadas pacíficas en El Cairo hasta que el golpe militar sea anulado y el presidente legítimo reinstaurado”, dijo en un comunicado la Alianza Nacional de Defensa de la Legitimidad, una amalgama de 11 grupos islamistas creada para defender a Morsi. Tras una noche de violencia, El Cairo había amanecido este sábado en tensa calma. Los vehículos acorazados habían dejado libres de nuevo los accesos a la plaza de Tahrir, foco de las revueltas que en 2011 derrocaron el régimen de Hosni Mubarak, pero aún guardaban varios accesos a las zonas en las que han acampado los partidarios del anterior régimen.
El viernes dejó a 36 personas fallecidas y 1.100 heridas en todo el país, según un recuento gubernamental. Los principales incidentes violentos se produjeron en la capital, El Cairo, y en Alejandría, donde fallecieron 12 personas. En la icónica plaza de Tahrir se vivieron enfrentamientos entre partidarios de Morsi y sus opositores, protegidos por el Ejército. Hubo al menos dos muertos en las inmediaciones de la plaza, junto al puente 6 de octubre, adónde los islamistas habían acudido en marcha desde el edificio donde se encuentra la sede de la televisión estatal.
Las fuerzas armadas, que controlan el país y respaldando al nuevo Gobierno interino elegido por ellas, han iniciado un lento e inexorable proceso de purga del poder islamista en el país. Morsi y sus colaboradores se hallan detenidos. La fiscalía ha anunciado que investiga al anterior Presidente por “insultar al poder judicial”. Anoche fue detenido Kariat el Shater, uno de los líderes de los Hermanos Musulmanes, que aspiraba a llegar la presidencia de la nación con el Partido Libertad y Justicia, en las primeras elecciones democráticas, de 2012, antes de que se candidatura quedara anulada por el Ejército. Morsi, entonces casi desconocido para el grueso del electorado, tomó el relevo.
Este sábado Mubarak reapareció, en el cuarto día de vistas orales de la repetición de su juicio por abuso de poder y complicidad en la muerte de manifestantes en la revuelta. Con sus sempiternas gafas de sol, tras una celda dentro del juzgado, el rais depuesto en las revueltas iniciales de la llamada primavera árabe vio como sus abogados declaraban su inocencia en una serie de alegatos televisados en directo.
El juicio inicial acabó en junio de 2012, con un fallo de culpabilidad y una condena a perpetua, que fue apelada con éxito. En las protestas de 2011 murieron unas 850 personas, según estimaciones gubernamentales. Entonces el Ejército tomó el poder durante 16 meses, hasta que se produjeron las primeras elecciones presidenciales que ahora él mismo ha invalidado.
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